QUIÉNES SOMOS HOY

Casa Zolle entra en una nueva etapa

Honrando la tradición

Casa Zolle entra en una nueva etapa. Una etapa marcada por la visión de una empresaria venezolana afincada en Miami, que encontró en esta quesería gallega más que un negocio: encontró una forma de honrar la tradición desde el presente.

Nuestra forma de trabajar

Con una trayectoria ligada a la gastronomía y una admiración sincera por los productos con alma, decidió apostar por Friol, Galicia, y por lo que representa esta tierra: autenticidad, respeto por los procesos, y un legado quesero que no necesita disfraz.

Visión y compromiso

Desde que asumió la dirección, su compromiso ha sido claro: elevar la calidad sin tocar la esencia. No se trata de reinventar el queso, sino de hacerlo llegar más lejos. Profesionalizar la producción sin perder lo artesanal. Explorar nuevos mercados sin diluir la identidad. Apostar por la innovación donde aporta, y por la tradición donde sostiene.

 

Lo local no está reñido con lo global

Cada decisión se toma con una idea en mente: que el sabor de Galicia pueda cruzar fronteras sin perder el acento. Que un producto hecho con cuidado pueda competir sin volverse impersonal. Que lo rural no esté reñido con lo global.

NUESTRA FÁBRICA

El corazón de Casa Zolle

Donde todo empieza

En Friol, rodeada de monte gallego y vacas que sí dan buena leche, está nuestra fábrica. Desde fuera puede parecer discreta, pero por dentro se nota que está hecha para lo que importa: trabajar bien. Aquí no se improvisa.

Cada día empieza temprano, con la llegada de la leche fresca. Lo primero que se activa no son las máquinas, sino los protocolos: control de temperatura, revisión de tanques, cámaras que registran cada movimiento y salas donde la higiene no es un extra, es una norma estricta.

Tenemos equipos modernos, pero sin adornos ni exageraciones. La tecnología está para garantizar que cada lote salga como debe salir, no para lucirse. Elaboramos con precisión, cuajamos con cuidado y cada pieza pasa por cuartos de maduración controlados al detalle, donde el queso evoluciona con su propio tiempo, sin atajos.

La seguridad alimentaria no es negociable. Entrar a una de nuestras salas se parece más a un quirófano que a una fábrica cualquiera: limpieza constante, superficies desinfectadas, pasos medidos. Porque si no se respeta el proceso, no hay producto que valga.

Casa Zolle no es una línea industrial más. Aquí lo artesanal no se usa como eslogan, sino como forma de trabajo: saber cuándo intervenir y cuándo dejar que el producto haga lo suyo. Con criterio, con estructura, con respeto.

Aquí es donde todo empieza. Aquí es donde el queso toma forma, con la calma que requiere y el cuidado que merece.

Nada improvisado. Todo con criterio.

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AÑO DE FUNDACIÓN
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CLIENTES FELICES

Sobre este sitio

Este sitio web ha sido diseñado y optimizado por Alessandro Mora, cuidando cada detalle para transmitir la identidad y esencia de Casa Zolle.